Autónomo Vs. Sociedad, ¿cuál elegir?

LEGÁLITAS IMPULSA  

No cabe duda de que una de las cuestiones que más quebraderos de cabeza provocan en los emprendedores cuando ponen en marcha un negocio es si hacerlo como autónomos o creando una sociedad limitada, ya que, aunque existen otras, suelen ser las formas jurídicas más habituales de hacerlo.

Obviamente no son semejantes y es probable que en muchas ocasiones se pase de una a otra (de autónomo a S.L.). Sin embargo, ¿dónde está el límite?, ¿cuál es la mejor elección en cada momento? Antes de responder a estas cuestiones, echemos un vistazo en qué consiste cada una de las figuras y qué diferencias hay entre un autónomo y una sociedad limitada basándose principalmente en factores económicos, comerciales, personales y de actividad.

¿Qué es una sociedad limitada y un trabajador autónomo?

La figura del trabajador autónomo ofrece menos dudas ya que es muy común en España. Tal y como se define en el Estatuto de los trabajadores, es persona física que realiza de forma habitual, personal, directa, por cuenta propia y fuera del ámbito de dirección y organización de otra persona, una actividad económica o profesional a título lucrativo

No en vano el pasado mes de marzo se contabilizaban un total de 3.252.517, de los cuales 877.208 eran a su vez empleadores.

Por otro lado, cabe señalar que la sociedad limitada está formada por varios socios (de lo contrario, sería una sociedad limitada unipersonal) que pueden tener diferentes responsabilidades, así como ser trabajadores o capitalistas. Para crear esa sociedad deben firmarse unos estatutos y una escritura pública ante notario y entregarlos en el Registro Mercantil con las aportaciones de cada socio para realizar la constitución.

Además, ha de aportarse un capital mínimo de 3.000 euros en dinero o bienes del que más tarde podrá disponerse para gastos e inversiones y, para su creación hay que solicitar el certificado de denominación social en el Registro Mercantil, con el objetivo de asegurarse que no existe otra sociedad con el mismo nombre. 

Autónomo Vs. sociedad limitada: diferencias

Como se puede comprobar, existen diferencias claras entre los trabajadores autónomos y las sociedades limitadas. Estas son las más destacadas:

  • Responsabilidad. Una de las principales es que en el caso de la S.L. la responsabilidad recae sobre los administradores, ya que los socios solo responden con el capital aportado y no con el patrimonio personal, como ocurriría en el caso de los autónomos.
  • Domiciliación. En el caso de constituir una sociedad limitada será necesario un domicilio fiscal y otro social, a diferencia de los autónomos que solo necesitan domicilio fiscal.
  • Fiscalidad. El autónomo tributa por tramo según los beneficios que tenga a través del IRPF. Por el contrario, la Sociedad Limitada tributa por el impuesto de sociedades que tiene un tipo general del 25%, aunque existe un gravamen reducido, cumpliendo ciertos requisitos, de un 15% en caso de las empresas que sean de nueva creación, emprendedores, pymes...
  • Costes de gestión. Suelen ser más bajos en el caso de los autónomos porque la contabilidad es más sencilla y no tienen que cumplir con las obligaciones mercantiles de las sociedades (ppto libros, legal CCAA). - Confianza y acceso a financiación. Este es un punto importante ya que en muchos casos los acuerdos con clientes, otras empresas y proveedores o la búsqueda de financiación son más complicados en el caso de ser autónomo, dado que puede generar menor confianza y seguridad que una empresa constituida como sociedad limitada. 

¿Cuándo pasar de autónomo a sociedad limitada?

Puede darse un momento en el que un autónomo vea crecer su negocio y decida convertirse en una sociedad limitada. Este estará condicionado por las siguientes casuísticas:

  • Deseo de protección del patrimonio personal frente a las deudas del negocio o sociedad.
  • Necesidad de búsqueda de financiación o trabajo con grandes empresas.
  • Volumen de negocio o el incremento de ingresos para tributar mejor por sociedades que en renta.
  • Oportunidad de incluir nuevos socios. 

Llegado uno de estos momentos, el autónomo puede acudir a uno de los puntos PAE, donde le informarán para hacerlo de la forma más rápida y menos costosa. Aunque la mejor opción pasa por confiar en la labor de profesionales que se encarguen de una transición que en ocasiones puede resultar complicada, ya que facilitarán todo el proceso sin necesidad de que el negocio quede desatendido

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