Increíblemente estamos ya en el segundo semestre del año, habiendo transcurrido ocho meses del 2021 prácticamente sin darnos cuenta, con la vorágine del cierre de un ejercicio tan diferenciado y complicado como ha sido el 2020. Con el Impuesto Sobre Sociedades en versión borrador y los auditores aun trabajando en la firma de las Cuentas Anuales, es el momento de hacer un trabajo de análisis del cierre de año y evaluar la planificación realizada para cumplir todos los hitos marcados por las Administraciones Públicas.

En este escenario, queremos hablaros en este artículo de uno de los métodos de organización más populares en estos días y que han sido clave en los trabajos de cierre en los que estamos inmersos en KPMG: los objetivos SMART.

Como su traducción del inglés indica, este método busca la definición de objetivos inteligentes mediante el uso del acrónimo SMART, que responde a las características que ha de tener una meta para ser inteligente:

• Specific (específica): ¿qué queremos conseguir?
• Measurable (medible): ¿qué KPIs podemos utilizar para medir su eficiencia?
• Achievable (alcanzable): ¿es realista teniendo en cuenta la situación de la compañía?
• Relevant (relevante): ¿por qué nos interesa conseguir este objetivo?
• Timely (temporal): ¿cuándo pretendemos conseguirlo?

Los objetivos SMART y el Compliance Tributario

Para entender mejor estas características, tomaremos como objetivo el cumplimiento de una obligación aplicable a cualquier negocio, el Compliance Tributario. Partiendo de la condición sine qua non de asegurar el acatamiento de todas las obligaciones tributarias y por ende el minimizar el riesgo fiscal, debemos definir qué queremos lograr, cómo queremos conseguirlo, y quiénes serán los responsables. El siguiente esqueleto sería la definición más sencilla, siguiendo el esquema SMART, para definir dicha meta:

• Específico: queremos asegurar la presentación en tiempo y forma de todos nuestros modelos fiscales. Los modelos que nos aplican son conocidos y vienen marcados por las AA.PP. 
• Medible: podemos comprobar su eficiencia mediante variables como la comparación del gasto en sanciones de un ejercicio respecto del siguiente o simplemente la inexistencia de sanciones.
• Alcanzable: de antemano conocemos la información necesaria para la preparación de los modelos, así como las fechas límites de presentación y pago, por lo que es posible anticiparnos en la recopilación de la información y la planificación del trabajo para alcanzar el objetivo de cumplir con estas fechas.
• Relevante: las sanciones que aplican las administraciones fiscales suponen un gasto no deducible para las empresas, y en muchas ocasiones tienen gran relevancia económica. Además puede tener más impacto ya que las sanciones ponen a las empresas en el punto de mira de las AAPP de cara a posibles inspecciones.
• Temporal: partiendo de un calendario de vencimientos, es imperativo organizar el trabajo en un periodo de tiempo razonable para disponer de tiempo para la preparación de los modelos con antelación suficiente a la fecha de presentación. Una buena planificación facilita la organización y garantiza el ahorro de tiempo. 
  

La aparente simplicidad del esquema detallado arriba no garantiza al lector el alcance del objetivo por su simple lectura. Desde KPMG acompañamos a nuestros clientes en los trabajos necesarios para definir las hojas de ruta que garanticen la consecución del objetivo marcado, (el Compliance Tributario), adaptándonos a sus procesos internos y apalancándonos en la tecnología puntera como KPMG Katalyst. 

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