¿Qué es una inspección de Hacienda y por qué se realiza?

Una inspección de Hacienda es un procedimiento administrativo por el cual la Agencia Tributaria verifica el cumplimiento de las obligaciones fiscales de los contribuyentes. El objetivo es detectar posibles irregularidades, errores o fraudes que puedan suponer una minoración de los ingresos públicos.

Las inspecciones pueden ser iniciadas por la propia Administración, de forma aleatoria o por criterios de riesgo fiscal, o bien a solicitud del contribuyente, cuando este quiere regularizar su situación tributaria. También pueden derivarse de otras actuaciones previas, como comprobaciones o requerimientos.

¿Qué hacer antes de la inspección?

Antes de que se produzca la inspección, es importante que sigas estos pasos: 

Mantén la calma

Una inspección de Hacienda puede ser una experiencia estresante y abrumadora, pero es importante que mantenga la calma y la serenidad.

Infórmate sobre el procedimiento 

Antes de la inspección, infórmate sobre el procedimiento que seguirá el inspector, los plazos, los derechos y deberes que tienes como contribuyente y las posibles consecuencias.

Prepara la documentación

Es crucial que tengas preparada toda la documentación necesaria para la inspección, como declaraciones, autoliquidaciones, comunicaciones de datos, solicitudes presentadas por cualquier impuesto, contabilidad, libros de cuentas, facturas, justificantes, entre otros. Ordena y clasifica los documentos por impuestos y períodos y asegúrate de que no falte ningún dato relevante.

Pide ayuda de manera profesional  

Si no tienes los conocimientos suficientes o te sientes inseguro ante una inspección, lo mejor es que cuentes con el apoyo de un gestor fiscal especializado en materia tributaria. Un profesional te ayudará a preparar la documentación, a resolver tus dudas, a defender tus intereses y a recurrir si procede. 

¿Qué hacer durante la inspección?

Durante la inspección, debes tener en cuenta lo siguiente: 

Colabora con el inspector 

El inspector tiene la potestad de acceder a tu domicilio fiscal o a tu negocio para realizar la inspección, siempre que cuente con una autorización escrita del delegado de Hacienda o una orden judicial. 

Debes facilitarle el acceso y colaborar con él en todo momento, proporcionándole la información y documentación que te exija. No obstante, también puedes ejercer tus derechos como contribuyente, como solicitar su identificación, pedir un aplazamiento si no dispones de toda la documentación requerida o estar acompañado por tu asesor o abogado. 

Revisa el acta

Al finalizar la inspección, el inspector redactará un acta donde reflejará el resultado de la misma. Es importante que revises con atención y te cerciores si hay alguna discrepancia entre lo declarado por ti y lo comprobado por el inspector.

Si estás conforme, puedes firmar y pagar la posible liquidación o sanción. Si no lo estás, haz constar tus alegaciones o disconformidad en el acta y presentar después un recurso. 

¿Qué hacer después de la inspección?

Después de la inspección, puedes hacer lo siguiente: 

Rectifica tus errores

Si la inspección ha detectado algún error u omisión en tu declaración, es conveniente que lo rectifiques cuanto antes y presentes una declaración complementaria o sustitutiva, para evitar posibles sanciones o recargos. 

Recurre si no estás de acuerdo 

Si no estás de acuerdo con el resultado de la inspección, puedes presentar un recurso administrativo o judicial, según el caso, para impugnar la liquidación o la sanción. Por ello, debes cumplir con los plazos y requisitos establecidos por la normativa. 

Aprende de la experiencia 

Una inspección de Hacienda puede ser una oportunidad para aprender de tus errores y mejorar tu gestión fiscal. Por ello, es recomendable que revises tu contabilidad, que actualices tus registros, que guardes tus facturas y justificantes, que cumplas con tus obligaciones tributarias y que te asesores.